Armenios del Fin del Mundo

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#ArmeniosenArgentina por Lic. Andrea Vaccarezza

 

En el extremo sur de Argentina se encuentra la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, zona popularmente conocida como el fin del mundo. Dueña de un paisaje natural único entre montañas, glaciares, bosques y mar, esta provincia también ofrece sitios con importante valor histórico y cultural. 

Si hoy en día esta zona suele ser considerada como inhóspita para residir por su poca población estable en comparación al resto de país, cómo imaginar lo que era Tierra del Fuego allá por 1950, cuando la familia Boyadjian se instaló en el lugar para trabajar y comenzar una nueva vida. Así, lo relata una de las descendientes, Miriam Boyadjian, oriunda de Comodoro Rivadavia y actual Senadora de la Nación. 

 

Sacrificios en familia

En diciembre de 1938, el matrimonio sirio hijos de armenios, Horip Tcarian y Arsen Boyadjian, llegaron a la Argentina en busca de una nueva vida de paz. En América del Sur, los esperaban los dos hermanos de Arsen, quienes se habían instalado en el país con anterioridad. La situación no era fácil pues junto a la pareja, viajaba la madre armenia de Boyadjian, sobreviviente del Genocidio Armenio, Tuchkum Tchkian, los dos pequeños hijos de los esposos, Jacobo Agop y Narciso, y Martín que estaba camino: Horip transitaba el 7° mes de embarazo cuando emprendió la travesía del escape. 

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                        Los Boyadjian. El joven de la izquierda es Martín, a los 11 años

 

El anhelo de renacer estaba cerca, pero el panorama se complicó cuando, al momento de pisar suelo argentino, Arsen Boyadjian fue enviado de regreso a Europa, pues su apto físico no fue aprobado por un problema de salud en la vista. De nuevo en el viejo continente, la Segunda Guerra Mundial se desató y las posibilidades de regresar a Buenos Aires junto a su familia, se agotaron para el Sr. Boyadjian. Mientras tanto, Horip, desamparada sin su esposo, decidió mudarse con sus hijos y nuera a la casa de sus cuñados en la zona de Mataderos, donde finalmente fue mamá por tercera vez.  

  Martín Boyadjian, padre de Miriam, junto con su madre, Horip Tcharian y su abuela 

 

La oportunidad de progresar económicamente apareció en el sur de Argentina y toda la familia Boyadjian se trasladó a Comodoro Rivadavia, el centro de la Patagonia en aquellas épocas y zona de muchas estancias. Era el sitio ideal para instalar saladeros de tripa ovina, oficio que los hermanos Boyadjian traían incorporado de su Siria natal. Fue en estas nuevas tierras donde Horip se reencontró con su esposo, nada más y nada menos, que 10 años después: “Mi abuelo no volvió hasta que finalizó la Segunda Guerra Mundial y pudo juntar la plata para volver. Para todo esto, ya habían pasado como 10 años y mi papá que nació en Argentina, no pudo conocer a su papá hasta los 8, 10 años. Fue muy triste todo lo que pasaron porque quedaron desamparados. Eso siempre lo marcaba la abuela: lo feo que fue para ella llegar a un país donde no conocía el idioma, donde venía con dos hijos mayores y uno en la panza, sin tener al marido al lado. Obviamente, aunque tenía a sus dos hermanos mayores, no era lo mismo que tener a su esposo”, narra con desazón Miriam Boyadjian, hija de Martín Boyadjian.

Miriam Boyadjian es entrevistada durante el acto conmemorativo del Centenario del Genocidio Armenio

 

Conocedor del oficio ganadero, Arsen se trasladó más al sur aún, llegando a Tierra del Fuego, pues sabía que allí había más estancias, territorio ideal para recolectar tripas y armar nuevos saladeros. Con la intención de poblar la Patagonia, Arsen fue beneficiado con unas tierras para que las trabaje y, así, pronto pudo formar su propia empresa familiar junto a sus 4 hijos: ahora un nuevo integrante se había sumado, Manuel Boyadjian. Con el paso de los años, el tercero de los hijos, Martín Boyadjian, tomó la posta del saladero en Tierra del Fuego y se casó con una argentina con quien tuvo a sus 5 hijas, entre ellas Miriam. “Mi mamá, como buena criolla, le gustaba mucho la cocina y,  a pesar de no ser armenia, adoptó las costumbres armenias. Mi abuela y mis tíos le enseñaron a mi mamá a hacer Lesmeyún, keppe crudo y cocido, baklavá y varias otras comidas, porque mi mamá deseaba aprender. El idioma se perdió porque mis abuelos hablaban un armenio medio distorsionado porque se criaron en Siria y tenían un armenio un tanto mezclado. No quisieron enseñar ese idioma, quizá pensando en que nosotros teníamos que aprender el armenio puro, si alguna vez lo aprendíamos. Eso fue el por qué de porque no sabemos más que palabras sueltas”, recuerda Miriam.

                         Miriam Boyadjian junto con sus padres; Elida y Martín Boyadjian

 

Armenios fueguinos hoy

 

En Tierra del Fuego habitan otras familias de origen armenio, sin embargo, no están organizadas formalmente en comunidad. De todos modos, eso no impidió que la conmemoración por los 100 años del Genocidio Armenio tome visibilidad en la provincia.

En un acto simbólico en la intersección de San Martín y Belgrano de la ciudad de Río Grande,  el 24 de abril se realizó el izamiento de la bandera armenia, se entonaron las estrofas del himno nacional argentino, se escuchó el himno nacional de Armenia y se entregaron flores No Me Olvides a todos los asistentes. Entre los presentes había familias armenias residentes en la ciudad, concejales, legisladores y autoridades provinciales. Algunos de ellos, como el dueño de la empresa Sueños Fueguinos y el “tío potizo” de Miriam, Claudio Bojardian, fueron oradores y contaron a la audiencia su verdad, la historia de sus familias que sufrieron el Genocidio del pueblo armenio.

Una semilla armenia más da sus frutos en Argentina y espera seguir espaciéndose: antes de asumir como Senadora de la Nación, Miriam era presidente del Concejo Deliberante y como tal, una de las cuestiones que propulsó fue la de generar un Paseo de la Memoria con una réplica del monumento de la Plazoleta Monte Ararat de la esquina Charcas y Salguero de la Ciudad de Buenos Aires.

 

Imagen de portada: Faro Les Éclaireurs, Ushuaia, Tierra del Fuego - Por E. Akopian

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Armenios de la provincia de Tierra del Fuego
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