Militantes de la causa

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#ArmeniosenArgentina, por Andrea Vaccarezza*

Nuevamente, volvemos a la Patagonia argentina y nos detenemos, tocando la Cordillera de los Andes, en la provincia de Neuquén. Tierra de mapuches, lagos, volcanes y pehuenes, Neuquén significa vehemente, impetuoso y audaz en la lengua de sus originarios. Afortunadamente, el sentido de la palabra no queda en lo anecdótico, sino que se convierte en acción cuando nos adentramos en la historia, el trabajo y la lucha de la neuquina Julieta Ojunian. La pasión y la fuerza se hacen presentes en esta joven descendiente de armenios que se declara activista y militante de la Causa Armenia.

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El despertar

El despertar

Foto: 20 de mayo. Actividad por el 100 aniversario del Genocidio en el Salón Azul de la Biblioteca Central de La Universidad Nacional del Comahue. El Coro de Cámara de la Universidad Nacional del Comahue preparó canciones armenias que forman parte de su repertorio.

 

En Neuquén no existe una estructura comunitaria armenia tradicional como en Buenos Aires, Córdoba o Rosario. En alguna oportunidad, existió la intención de formalizar una organización pero, por diversos motivos, no llegó a consolidarse. De todos modos, eso no resulta un impedimento para que Julieta Ojunian, junto a colegas y otros armenios de la región, pueda llevar adelante diversas actividades en pos del conocimiento, el reconocimiento y la cultura armenia.

Durante la niñez, las grandes reuniones familiares eran frecuentes en la casa de la familia Ojunian y ella se preguntaba ¿por qué el bisabuelo había venido de Armenia antes 1915?

“Una vez mi papá me dio un libro que tenía en la tapa una fotografía del Ararat vieja, totalmente vieja. Recién comprendí de lo que él hablaba cuando tenía 16, 17 años. Ahí, descubrí que todo eso venía por la parte armenia. Después, lo deje en stand by hasta que entré a la Universidad”, narra la joven Licenciada en Políticas Internacionales.

Estudiar “Historia Universal Contemporánea” y que no se haga referencia alguna al pueblo armenio ni al Genocidio, fue un puntapié para que Julieta no se permita ser indiferente ante esa amarga sensación de impunidad que sintió. En medio de lecturas e investigación sobre su identidad y la historia de sus antepasados, se puso en contacto con el sitio ian.cc. Sorpresivamente, una día recibió una caja repleta de libros y videos junto a una emotiva carta que le revelaba que la luz y la fuerza del Ararat se habían encendido en ella. Estaba firmada por quien hoy es su mentor político; Eduardo Kozalian: “Él realmente me desasnó y me enseñó sobre esta búsqueda de la identidad, cómo perpetuar lo armenio, independientemente de la generación, de la falta de una familia armenia completa; en el sentido, de que yo estaba a más de 1200 km de distancia de Buenos Aires, prácticamente, en un isla para lo armenio”, recuerda la Lic. Ojunian. 

Armenia Real

Armenia Real

Foto: En una huerta del pueblo Arevashat. Voluntariando con otros jóvenes. Entre ellos Mikael Nalbandian de Uruguay y Evelina Topakpasian de Capital Federal.

 

El fuerte compromiso que se había despertado en Julieta, la llevó a tener como objetivo inmediato viajar y conocer Armenia pero no como turista, sino como una trabajadora más. Así, logró realizar un voluntariado de seis meses con Birthright Armenia. Tan solo dos meses después, volvió a viajar pero con la Unión Juventud Armenia (UJA).

El encuentro con la Madre Patria fue un choque cultural: encontrarte con una Armenia neoliberal, con poco más de 20 años de independencia, lidiando con conflictos económicos y sociales, no tenía mucho que ver con la parte histórica o los paisajes que se describen en la literatura armenia, a no ser por la bella vista del Monte Ararat y las construcciones arquitectónicas milenarias”, remarca Julieta Ojunian. Durante su estadía en Armenia, la joven de Neuquén pasó por diversas experiencias: desde trabajar en una huerta en un pueblo llamado Arevashat, escribir papers con UJA sobre democracia y socialismo para jóvenes, hasta trabajar en FAR, un hogar sostenido por la Diáspora, donde hay chicos que tienen diversas problemáticas. Llegó a lugares como la antigua Anatolia, a Georgia y se conectó con los armenios de Djavakhq, quienes realizan un sacrificio enorme para mantenerse allí. Otro gran baluarte de esas experiencias fue haber aprendido el idioma armenio oriental durante su estadía. Estos viajes y encuentros con la tierra armenia resultaron reveladores y afirmaron su conciencia de que la Madre Patria hoy es algo más que una visión romántica: “La causa armenia no es solamente el reconocimiento del Genocidio, sino también una lucha constante sobre lo que es Armenia actualmente porque, en definitiva, hay que luchar para que se mantenga lo que hoy existe y se tiene. Y porque, también, esa situación no es, nada más ni nada menos, que el producto del Genocidio”, afirma con convicción la armenia de Neuquén.

 

En acción

En acción

Foto: 20 de mayo. Actividad por el Centenario del Genocidio con maestros, alumnos y directivos de la Escuela N°269 de la ciudad de Cipolletti, Río Negro. En la Plazoleta República de Armenia, donde se encuentra una placa conmemorativa del millón y medio de armenios víctimas del Genocidio.

 

En mayo de 2007, se creó la Cátedra Libre de Estudios Armenios Hrant Dink, de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del COMAHUE (UNCo) por iniciativa de un grupo de descendientes. Lamentablemente, nunca logró un funcionamiento continuado. En 2012, frente a esta situación y previo a sus viajes, la Lic. Ojunian presentó un proyecto en la Universidad para poder reactivar la Cátedra, ejerciendo su coordinación, con el objetivo de generar actividades y contenidos. Con el fuerte apoyo del Consejo Nacional Armenio, el proyecto fue aprobado y comenzaron a realizar diversas actividades, tales como la presentación del unipersonal  “El alegato de la paloma” en homenaje al periodista Hrant Dink.

El proyecto estaba encaminado, pero algo cambió cuando Julieta regresó de Armenia: lo que era un viaje de voluntariado, sin pensarlo, se transformó en un retorno espiritual y en una nueva perspectiva frente a la Causa Armenia, que debía reflejarse en su accionar. El modo de aportar y colaborar con la existencia del pueblo armenio ya no podía ser sólamente desde el ámbito académico o mediático, “trabajar desde la victimización no ayudaba mucho”. En septiembre de 2013, la coordinadora decidió hacer una convocatoria a toda la comunidad para participar y proponer actividades por el Centenario del Genocidio. Con éxito, se sumaron varias personas y hoy funciona este espacio, donde las únicas descendientes de armenios son Julieta y su hermana,  pero que cuenta con la participación activa de profesionales y militantes de los derechos humanos.

En este contexto, las conmemoraciones por el Centenario del Genocidio Armenio no estuvieron ausentes, aunque tuvieron que reprogramarse para el mes de mayo debido a la erupción del volcán Calbuco que afectó fuertemente la región con sus cenizas. Una de las actividades más “hermosas” para Julieta Ojunian fue la suelta de globos en la Plazoleta República Armenia de Cipolletti, Río Negro. Con ilusión y conciencia de lo que estaban haciendo, chicos de 6° y 7° grado de colegios públicos soltaron globos blancos con mensajes de paz. En términos formales, también se logró la sanción de un proyecto de declaración de interés de todas las actividades de la Cátedra durante este año y se instó al Consejo Provincial de Educación para que se incorpore el asunto del Genocidio Armenio y la historia de su pueblo en la Reforma Educativa que se lleva adelante la provincia de Neuquén.

Finalmente, por iniciativa de Christian Jivelekian de Bariloche, se realizó un ciclo de conferencias denominado “Reflexiones acerca de los 100 años del Genocidio Armenio”, con la participación del ex juez Martín Lozada, de la Universidad Nacional de Río Negro y de Adrián Moyano, investigador del pueblo mapuche y la propia Julieta Ojunian.

 

Foto principal: Miembros de la Cátedra Libre de Estudios Armenios Hrant Dink y grupo de alumnos autoconvocados por el centenario del Genocidio de la carrera de Comunicación de la UNCO.

 

*Andrea Vaccarezza es Lic. en Ciencias de la Comunicación (UBA)

 

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Colectividad armenia de la provincia de Neuquén
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