Armenios precursores

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#ArmeniosenArgentina, por Andrea Vaccarezza

 

A pocos minutos de la ciudad de La Plata, Capital de la Provincia de Buenos Aires, se encuentra la ciudad de Berisso, conocida como Capital Provincial del Inmigrante. Y es que, nació en 1871 como polo industrial tras la instalación de saladeros y grandes frigoríficos. En ese contexto y con el puerto platense al lado, Berisso se transformó, rápidamente, en un lugar ideal para muchos inmigrantes en los siglos XIX y XX, lo cual derivó en la creación de la Federación de Entidades Extranjeras. Fue el Dr. Juan Minoian quién instauró la ya conocida Fiesta de los Inmigrantes, siendo presidente de la comisión organizadora a lo largo de 23 años.

En 1976, la Comunidad Armenia de Berisso se incorporó formalmente en la Federación pero, ya desde 1936, los armenios se juntaban y trataban de mantener viva la cultura y las costumbres armenias. Entre ellos, estaba Ropen Apcarian, quién llegó a la Argentina en 1923 escapando del Genocidio del que fue víctima el pueblo armenio. “La hermana y la mamá ya habían muerto de inanición. Esa noche que escapó, uno de los que estaba con él, lo vio comiendo pescado: hasta la cabeza y los ojos, del hambre que tenía. Entonces, ese hombre le dijo que al comer, justamente, esa parte del pescado iba a vivir tantos años que iba a ver morir a sus hijos. Esa predicción se cumplió porque mi bisabuelo murió a los 98 años, mi abuelo falleció a sus 47 años. El hijo más chico murió a los 39 en un accidente automovilístico y la hija, la mayor que los cuidó lo más que pudo, vivió hasta sus 76 años. Es una historia bien triste porque vio morir a sus familiares allá en Armenia y después en Argentina”, relata Gisela Apcarian, bisnieta de Ropen. 

Gisela tiene 27 años y agradece haber tenido la suerte de conocer a su bisabuelo y disfrutarlo hasta los 10 años. Si bien a esa edad no entendía mucho qué era Armenia, cuál era su historia ni por qué su bisabuelo se habia escapado, recuerda cómo Roben, con mapas en las manos, le narraba su huída de las persecuciones aquella noche. Estar en contacto con el idioma armenio era una forma de darle mayor contención a Ropen y, para ello, en la casa Apcarian solían ponerle la radio armenia de Buenos Aires. Gisela también recuerda con cariño cuán gracioso era, para ella y su hermana, escuchar un idioma desconocido, cuando Ropen les decía “dtúm kluj” (cabeza de zapallo). 

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Renacimiento de 2007

Renacimiento de 2007

Actuación del conjunto de danzas frente a la Catedral de La Plata

 

En el año 2007, hubo un resurgimiento de la Colectividad Armenia de Berisso, quedando como presidente de la misma el Sr. Gerardo Apacarian, nieto de Ropen y padre de Gisela. Y fue ese mismo año, que a Gisela se le despertó la curiosidad y la conciencia sobre su pasado. Encontró su modo de participación en el baile: durante dos años viajó a Buenos Aires para aprender danza, participando así del conjunto Kaiané. De este modo, pudo convertirse en profesora de danza para las jóvenes representantes en cada una de las Fiestas del Inmigrante.

Pero el ritual de esa celebración no quedaba solo en la selección de la reina y el baile, la comida ocupaba un lugar muy importante, ya que también conforma la vasta cultura armenia. Entonces, dos o tres semanas previo al gran evento, comenzaban los preparativos para cocinar lesmeyún, keppes, hummus, shish kebab, shauarmá, entre otros manjares típicos, para que puedan degustar los visitantes. Gracias a las enseñanzas del Sr. Torossian y de los armenios de Buenos Aires, en la familia Apcarian hay grandes cocineros que mantienen hasta hoy en día las recetas tradicionales: “Mi papá cada tanto hace el típico fiambre armenio que es el bastermá. Es una costumbre que tenemos en casa de tenerlo en la heladera. Es toda una preparación: lleva 15 días de estacionamiento, hay que hacerlo en invierno, la carne pasarla por frío. Así como el keppe: muchos dicen que es crudo pero el proceso que mi papá le hace es incorporar, a esa carne bien pisada, cebolla bien molida con jugo de limón. Ese ‘crudo’ se termina cocinando”, cuenta Gisela.

Algunas de las integrantes del conjunto de danzas. A la izquierda, Gisela Apcarian 

 

Un momento importante para los armenios de Berisso y La Plata fue en diciembre de 2009, cuando se inauguró un monumento alusivo a metros de la gran Catedral de La Plata. Junto a la Unión General Armenia de Beneficencia (UGAB), la comunidad local pudo traer un jach car directo desde Armenia. Ese día, Gisela tuvo la posibilidad  de participar con el conjunto Kaiané con un un baile típico Kocharí, más otra danza llamada Sweet Haistan. A partir de ese momento, cada 24 de abril se realizan actividades conmemorativas en este memorial instalado en el centro más importante de la ciudad.

A partir del año pasado, lamentablemente, la Colectividad de Berisso dejó de funcionar formalmente después de 9 años de mucho trabajo. Sin embargo, los frutos siguen dándose y el Centenario del Genocidio no pasó desapercibido. Los testimonios de las historias de vidas estuvieron presentes en la Cátedra Libre de Narración Oral de la Facultad de Periodismo de la Universidad Nacional de La Plata. Una de las más destacadas fue la del padre de Pedro Bergol, autor del libro La Decisión. Mediante una representación actoral, se contó cómo el hombre reclutado por los turcos y cómo 10 años después, luego de una búsqueda intensa por parte de su familia, fue encontrado en Estados Unidos.

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Comunidad Armenia de Berisso
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