Armenios de tierra roja

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#ArmeniosenArgentina, por Andrea Vaccarezza*

Misiones, tierra de colonos

La historia de la ocupación y colonización de Misiones y la composición multicultural, multiétnica y plurilingüística de su sociedad, convierte a esta provincia en una conjugación casi única en el país. Esta tierra de origen guaraní es habitada por familias que emigraron de Paraguay, Brasil, Alemania, Rusia, Ucrania, Austria, Finlandia, Noruega, Polonia, Italia, Dinamarca, Suecia, Suiza, El Líbano, Francia, Inglaterra, España y Siria. La mixtura y convivencia plural se potencia aún más si tenemos en cuenta que el 80% de la provincia es zona fronteriza con Brasil y Paraguay.

Si bien Misiones no fue un lugar primordial donde se instalaron los armenios, la comunidad de armenios misioneros existe hace ya 11 años. Pablo Hatserian, ex-presidente de la Colectividad local, es uno de los descendientes quien trabaja dedicadamente para ello. A través de su relato, florecen historias de vida, de lucha, de trabajo y convicción.

 

La armeneidad como experiencia vívida

Oriundo de Valentín Alsina, Buenos Aires, Pablo Hatserian (64) se instaló en Posadas, Misiones a principios de la década de los ´90. En aquellos días, la situación económica era muy compleja en la Ciudad porteña y encontró en el litoral argentino una oportunidad para vivir en un lugar tranquilo y bello y formar su familia. Fue así que pronto se estableció como distribuidor de calzado y tuvo a sus hijos Germán Darío (32), Paula (26) y Damián Maximiliano (22) junto a Mónica Beatriz.

De familia netamente armenia, Pablo reconoce que en Buenos Aires se involucraba solo de manera indirecta con la comunidad. A través de los relatos, hábitos y costumbres de sus padres y familiares incorporó todo lo que hoy es como hombre armenio.

En un casona de V. Alsina, Hatserian se crió junto a su padre, Setrak Hatserian, nacido en Marash, su madre Mary Bekmezian de Beirut  y sus dos hermanos Martín César y Rubén Hatserian. Sin embargo, la gran referencia para Pablo es haber vivido junto a Victoria Agazarian, su abuela. Una fuerte emoción invade su cuerpo cuando la menciona, al punto tal que no le permite hablar por unos minutos. Y es que, la madre de su padre fue su experiencia vívida de la historia armenia:

“De chico, mi abuela nos contaba cómo habían asesinado a su papá. Ella vio que llegaba gente a caballo y le exigían a sus padres que entregaran todos los alimentos. Su padre se negó porque tenía dos hijas. Entonces, mi abuela vio cómo lo degollaba. Luego, su madre murió. Ella con su hermana fue a un orfanato que estaba en el entonces Imperio Otomano. Después, las separaron. A los 80 años, se enteró de que su hermana estaba en Francia. Sus sobrinos vinieron desde allá a conocerla, pero ella falleció sin volver a ver a su hermana”.   

 

El recuerdo de la madre tierra estaba en cada palabra, en cada gesto, en cada oración...

 

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"La fe era todo para ella"

“En casa, mi abuela tenía una habitación arriba. Tenía unos dolores de reuma terribles. Se quejaba, pobre. Y no sé por qué yo tenía que dormir con ella. Y ella siempre leia, en voz alta, la Biblia en armenio. Me hacía arrodillar en la cama, mirando hacia donde sale el sol. Recuerdo que hacía frío. Yo la escuchaba quejarse y pedirle a Dios, en armenio, que por favor la llevara con él. No quería vivir más. Un dia, le pregunté ‘pero abuela,vos le rezas tanto a Dios, ¿por qué no te saca los dolores?’ Mi abuela era tan creyente que me respondió ‘porque Dios me está poniendo a prueba. Me pone a la prueba de cuánto es que creo en él’. La fe era todo para ella”.  

Pablo conserva la Biblia con la que su abuela rezaba varias veces al día y admite que hasta le da miedo tocarla de tan antigua que es. Cada vez que vuelve a Buenos Aires se trae algún recuerdo nuevo en una búsqueda interminable de conexión originaria para él, para su familia y su colectividad.

Llegar a Posadas parece haberle generado un click en su cabeza, como si un doble desarraigo se hiciera presente: de Armenia a Buenos Aires y de Buenos Aires a Misiones. Así fue que, cuando Pablo Hatserian llegó a tierra colorada sintió la necesidad de reencontrarse con los suyos, de reencontrarse con Armenia pero ya no de forma indirecta como lo venía haciendo.

Un día del año 2003, a través de un amigo de Buenos Aires, se enteró de que hay un grupo de armenios misioneros que se reunían en la casa de la artista plástica, Elisa Boyalian. Entusiasmado, decidió sumarse a esos encuentros y, juntos, comenzaron a idear una organización formal de la comunidad.

Con la importante colaboración de Alex Sarafian, de la Unión General Armenia de Beneficencia (UGAB), el 28 de febrero de 2004 nació oficialmente la Colectividad Armenia de Misiones. Conformada por alrededor 22 familias, esta comunidad ya lleva 11 años trabajando por la causa armenia realizando diversas actividades conmemorativas.

“En Misiones, prácticamente, no se conocía nada sobre el Genocidio. Hoy en día, todos saben que todos los años hacemos diversas actividades, pasamos películas, participamos en encuentros ecuménicos. Todo eso sirvió para se pueda conocer el origen, de dónde venimos. La gente no tenía idea, me preguntaban dónde quedaba Armenia.”

Una particularidad por estas tierras es que la mayoría de los armenios no son inmigrantes directos, sino que son hijos de armenios que vinieron de Buenos Aires o de Córdoba. De hecho, ninguno conserva la lengua materna, solo Pablo. Esto hace que la Colectividad deba redoblar sus esfuerzos para fomentar la participación y la conservación de una cultura ancestral. El hecho de que la mayoría de los armenios misioneros no hayan podido tener la experiencia vívida de convivir con una abuela inmigrante es el punto clave, “una abuela te habla, te marca”, sostiene Hatserian. Por eso, agradece profundamente la crianza que tuvo junto a su familia en Buenos Aires e intenta replicar ciertos hábitos y costumbres con su familia argentina.

 

La Colectividad Armenia de Misiones hoy

Actualmente, la presidente de la Colectividad es Paula Hatserian, la hija del medio de Pablo. Siguiendo los pasos de su padre quien ocupó dicho cargo en dos oportunidades, con solo 26 años, la joven es la cabeza de una Comisión Directiva de 15 personas. Todos los meses este grupo realiza reuniones para llevar adelante la agenda de actividades con el objetivo de tener una comunidad movilizada y en busca de la defensa de su identidad y tradiciones.

El año pasado, los armenios de Misiones alcanzaron un gran logro: por intermedio de la Diputada Provincial, Claudia Gauto, la Cámara de Representantes declaró de Interés Provincial el 100° aniversario del Genocidio Armenio y sus actividades conmemorativas. De este modo, Misiones está más cerca de sumarse a la Ley Nacional 26.199 que declara el día 24 de abril como “Día de la Acción por la Tolerancia y el Respeto entre los Pueblos” en reconocimiento del Genocidio Armenio.

Durante todo 2015, se llevarán adelante diversas actividades por el Centenario, siendo una de las principales la del 26 de abril. Ese día, hubo una mención en la Catedral de Posadas y un posterior acto en la Plaza 9 de Julio con una ofrenda floral en el Monumento a la Libertad.

Más información en el Facebook oficial de Armenios de Misiones

 

*Andrea Vaccarezza es Lic. en Ciencias de la Comunicación (UBA)

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Colectividad armenia de la provincia de Misiones
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