Fiel a su nombre
Por Artem Yerkanian
Estar a cargo de unos 1.000 empleados no es tarea fácil, pero Mark Hoplamazian lo hace con éxito. Durante los últimos diez años, este destacado hombre de negocios armenio-estadounidense ha sido presidente y director ejecutivo de la Hyatt Hotels Corporation, una de las mayores cadenas hoteleras del mundo. La cadena cuenta con 573 hoteles y tiene empleados en 58 países, en los cinco continentes.
Hoplamazian heredó el gen emprendedor de su abuelo. Justo antes de que comiencen las masacres en el Imperio Otomano, él fue de Cesarea, Anatolia Central, a los Estados Unidos, donde abrió una pequeña tienda en Watertown, Massachusetts. “Incluso los armenios de otros pueblos iban a visitarlo para hacer sus compras. El mejor bastermá (carne seca armenia) de los EEUU se vendía en el local de mi abuelo”, dice Mark. “Los armenios también lo querían a mi abuelo porque él los ayudaba. Donó una gran parte de sus ingresos a una fundación que financiaba la reunificación de las familias de refugiados armenios”.
Gracias al negocio familiar, los padres de Mark pudieron darle una buena educación. Obtuvo su MBA en la Escuela de Negocios de Harvard y estudió en la Universidad de Chicago.
Mientras trabajaba en un banco de inversión en Nueva York, este joven prometedor fue visto por los gerentes que manejaban los negocios del multimillonario Jay Pritzker. Así, a los 25 años Mark comenzó a trabajar para el clan Pritzker, una de las familias más ricas de los Estados Unidos: la revista Forbes estimó la fortuna familiar en USD 29 mil millones. Inicialmente, Hoplamazian se encargaba de los asuntos financieros de la familia y luego incursionó en el negocio hotelero. Su trayectoria estelar en el Hayatt de los Pritzker lo llevó a una propuesta para dirigir la compañía, en 2006. Con la crisis financiera mundial el negocio hotelero tuvo que enfrentar momentos difíciles, pero el liderazgo de Mark ayudó al Hayatt a transitar el camino sin pérdidas, mientras que sus competidores, tales como Hilton o Marriot, fueron fuertemente afectados.
Abrieron 230 nuevos hoteles bajo la supervisión de Hoplamazian, casi la mitad del número total de hoteles de la cadena. Sólo en los dos últimos años Mark supervisó la apertura de 65 nuevos establecimientos.
A Mark le hicieron una propuesta que, aparentemente, no podía rechazar: “Un alto ejecutivo de Pritzker me dijo que mi apellido era difícil de pronunciar y que sería mejor para todos si lo cambiara a Steinberg. Supuestamente sería en ayuda tanto al negocio como para mi carrera personal”, dice Mark. “No me lo esperaba. Antes de dar mi respuesta final decidí explicar mis sentimientos por escrito. Brevemente, conté mi historia familiar, describiendo lo que la familia Hoplamazian tuvo que pasar como sobrevivientes del Genocidio Armenio. Dejé en claro que tenía la intensión de apegarme a mis raíces. Al final de la carta, cerré todo con un chiste”. En su escrito, Hoplamazian escribió que, si después de todo, los Pritzker aún insistirían que cambie su nombre, tenían que invitarlo a la Pascua judía.
Tom Pritzker no esperaba una respuesta tan diplomática.
Después de esa carta, forzar a Mark a cambiar su nombre habría sido inmoral.
“Él presentó su negativa de una forma muy amable y, al mismo tiempo, de una manera constructiva. Nunca olvidaré eso”, dijo Tom Pritzker más tarde al periódico “The Chicago Tribune” en una entrevista. Nunca más Hoplamazian tuvo problemas relacionados con su herencia e identidad.
Mark Hoplamazian no es sólo un hombre con apellido armenio, sino que es un verdadero armenio. Desde sus días de la infancia, sus padres le inculcaron el amor por su patria. Mark visitó Armenia por primera vez cuando era un niño, en 1977. A los 14 años, como estudiante de un colegio armenio, fue enviado a un campamento de verano a Armenia Soviética. “Me acuerdo de ese maravilloso viaje a la perfección. Pasé un mes entero en un campamento juvenil cerca de Kirovakán (actualmente, Vanadzor). Me hice amigo de mis compañeros locales y me sentí auténticamente armenio. Me siento así también ahora”, dice el Presidente de los Hoteles Hayatt.
A pesar de su compromiso y obligaciones para con sus empleadores, Hoplamazian no rehúye el tema del Genocidio Armenio. En las entrevistas que le han hecho, ha pedido en reiteradas ocasiones la condena del delito cometido por el gobierno de los Jóvenes Turcos. Esa actitud ha causado descontento en algunos grupos de lobbystas turcos y azeríes. En 2012, la “Union of American Turkish Associations”, hizo un llamamiento al Consejo de la Compañía Hayatt, sugiriendo que la opinión de Hoplamazian puede ser incompatible con la expansión de la cadena hotelera en Estambul y Bakú. Sin embargo, Hayatt opera con éxito y prospera tanto en Turquía como en Azerbaiján, como en los otros 56 países. En 2013, finalmente abrió las puertas el primer hotel Hayatt en Armenia también. “La apertura del hotel en Armenia fue una gran oportunidad para mí para visitar mi patria ancestral nuevamente. Ereván ha cambiado mucho. Está aún más bella. Estoy feliz de ver mi Madre Patria en pleno desarrollo, a pesar de todo lo que pasó cien años atrás”, dice Mark