David de Sasún

Por Lala Toutonian

 

¡Os doy a todos la libertad!

Volved al sitio de donde habéis partido,

Regresad a vuestros hogares,

Vivid como habéis vivido.

¡No quiero vuestros tributos!

Así despedía David de Sasún a los guerreros árabes que habían sobrevivido a su propio ejército y los liberaba. La tradición de los grandes poemas épicos como el Cantar del Mío Cid, la Ilíada y la Odisea, el Cantar de Roldán o Gilgamesh, destacaban por la oralidad de trovadores mientras hoy día podemos leerlos en e-books. La epopeya de David de Sasún en el siglo VIII no queda atrás y las guerras de los armenios contra los pueblos árabes encuentran su expresión en este gran poema de gran valor lingüístico.

Cuatro generaciones de héroes legendarios se narran a lo largo de toda esta gran narrativa que describe las hazañas de todos ellos y un pueblo azotado por los enemigos. Su protagonista, David, era el nieto de quien, junto a su hermano, había erigido una fortaleza en lo alto de una montaña al oeste del lago Van para protegerse del invasor. Les tomó mucho tiempo y el acarreo de grandes y pesadas piedras levantar semejante fuerte, pero centenares de pobres campesinos llegaron para refugiarse en Sasún (furia), como lo bautizaron. Cuenta esta leyenda, que David, siendo adolescente ya llevaba al frente grandes ejércitos y combatía a los árabes. El melik, soberano de los árabes y egipcios, creó un ejército tan grande, con tantos guerreros para llegar a Sasún y combatir a David y a los suyos, que por beber un trago de agua cada soldado, llegaron a secar ríos enteros. Siempre con su caballo, David recorrió mesetas y montañas con su fiel milicia.

No fue sino hasta 1873 que el romance fue escrito y publicado por Karekín Srvantdzantz y en 2012 fue declarado Poema de interés y herencia cultural mundial por la UNESCO. Aunque Egipto nunca logró conquistar esta zona, el poema fue inspirado cuando el pueblo egipcio creaba imperios alrededor de esa región. Los sucesos narrados han sido modificados por efecto de episodios y temas susceptibles de ser catalogados como fantásticos por una mentalidad moderna. Este fenómeno es una constante de la literatura épica. No obstante, se pueden establecer algunas correlaciones entre historia y epopeya y nos llevan a un amplio arco cronológico que se expande entre los siglos VII aC y XIII dC. Todas estas epopeyas nacen bajo el influjo de importantes hechos históricos que les proporciona la estructura basal sobre la que se levanta el edificio literario. Esta estirpe de titanes relatados en David de Sasún es la representación de la fortaleza del mismo pueblo armenio. 

Spanish
Weight: 
-14
Tags: 
Article items: 

Monumento a David de Sasún, en Ereván, Armenia, ubicado frente al edificio de la estación de trenes - uno de los símbolos de la ciudad.

David tuvo un hijo, Mher, tan valiente y fuerte como él y quien continuó la labor de su padre una vez muerto éste. Montado en el corcel heredado de David, luchó contra el adversario. Cuenta la leyenda que partió una gran roca de un certero golpe, formó una gruta y juró permanecer allí dentro hasta que el mundo fuera un lugar justo:

 

 

Mientras este mundo esté pleno de maldad,

Mientras haya en la Tierra falsedad,

No tengo por qué vivir,

Cuando el mundo sea destruido y resurja,

Cuando el trigo sea tan grande como una nuez silvestre

Y la cebada como la baya de un rosal,

¡Entonces mi día habrá llegado,

Entonces saldré de aquí!

 

El nudo argumental se resume en la sed de esta justicia aquí narrada y se condensa en la figura de David la personalidad heroica al mismo pueblo armenio.

 

Uno de los capítulos, narra el combate de David con Mësramelik, un poderoso tirano extranjero. La lucha, descarnada, termina con la muerte de Mësramelik y el fin de su yugo. Este episodio tiene su correlato histórico según el historiador armenio Tovmá Artzruní (siglo X): "En ese entonces, los pobladores de la montaña (Sasún), viendo que los árabes se llevaban prisionero al príncipe y también a ellos les aguardaba la misma experiencia que sufrieran los del llano, reunieron a la multitud de los guerreros de Jut con las provisiones que habían acopiado para las necesidades invernales. Tomaron sus lanzas, que siempre portaban como precaución contra las alimañas cobijadas en el bosque, se lanzaron sobre la ciudad  de Mush, la sitiaron, pasaron a cuchillo a las tropas, sacaron de la mazmorra a los rehenes de Vaspurakán, libraron a los prisioneros y se repartieron el botín. Pero el supuesto gobernador (Yusuf, jefe árabe), huyó hacia la gran iglesia y se ocultó, temblando de miedo, en la cúpula. Los guerreros rodearon la iglesia; algunos escalaron hasta la hendidura de la cúpula y alguien le hirió con su azagaya en medio de la espalda y la hizo salir por la axila, entre los pulmones. Expiró y lo enterraron como a un burro". Esta mixtura de fantasía y realidad, de historia y literatura, suman riqueza al poema y enaltece a la misma Historia.

 

¿Una historia de mentira en una geografía de verdad? En el siglo XVI el viajero portugués Mestre Afonso escribía con relación a David de Sasún: "Este rey David era un señor muy grande y muy poderoso que reinaba no solamente sobre toda Armenia, sino sobre otras muchas regiones hasta Turquía y el sultán del Cairo le pagaba tributo". Los historiadores que continúan la tarea de salvar del olvido las creaciones del ingenio popular declaran: "Ningún narrador de Sasún consideraba la epopeya como una fábula o una cosa irreal. Por el contrario, muchos de ellos, aquéllos que recordaban con exactitud la geografía de Sasún y los lugares, edificios y objetos conectados con los nombres de los héroes de la epopeya, coincidían en afirmar que la ésta era un hecho histórico. Los aldeanos de Chajerkán, en Sasún y sus descendientes y vecinos, insistían tercamente en que el linaje de David de Sasún perdura hasta el presente. Más aún, las huellas de los héroes de Sasún han sido señaladas fuera de las fronteras de Armenia, en Alepo y Diarbekir. Varios narradores repetían insistentemente que ellos o sus paisanos habían visto en esas ciudades las fortalezas con cuatro portales construidas por David o la figura de David montando su corcel, esculpida en el frente de la puerta central de la fortaleza. Cerca de Alepo hay una gigantesca roca que, al decir de los narradores, David empleaba para su honda". La lucha contra la maldad, la sed de libertad, el amor por las letras, la imperativa necesidad de perpetuarse en la Historia, la trova, la epopeya, el ser armenio resumidos en David de Sasún.

Image: 
Display type: 
Big
Subtitle: 
La furia hecha poesía