“El otro lado de casa”, camino al Oscar

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Por Sargis Khandanyan
 
Maya y Naré viajan juntas durante 40 minutos, al mismo tiempo, pero en direcciones opuestas. Ellas se encontraban en distintos lados de la misma historia. A las dos mujeres las une la misma casa, en la región armenia de Sebastia (actualmente, la ciudad turca de Sivas), pero ellas están diferentes lados de la casa.
 
En noviembre de 2016 se conoció que entre los diez primeros de la ronda de clasificación de cortos y documentales para el Premio Oscar del año que viene se encontraba el film que habla sobre el Genocidio Armenio, “El otro lado de la casa”, dirigido por Naré Mkrtchayn y producido por el Ganador del Premio de la Academia, Rob Fired. 
 

                                                       El otro lado de la casa (trailer)
 
 
En el lado opuesto de la línea divisoria
 
Naré Mkrtchyan nació en Ereván y vive en California. Después de escuchar las historias sobre el asesinato de la familia de su abuelo durante el Genocidio y sobre los vecinos turcos que salvaron a la familia de su abuela, ella se encontró de un lado de la casa, pero quería descubrir quién está en esa misma casa, pero del lado opuesto. 
 
“Cuando miro el Monte Ararat, siento que eso es mi casa. Cuando los turcos miran el Ararat, para ellos esa montaña también simboliza casa. Y cómo es eso que dos personas ubicadas en lados opuestos de la línea divisoria, se encuentran en el lado opuesto de su misma casa”, se pregunta Naré. 
 
En la búsqueda de la respuesta a esta pregunta, Naré se encontró con Maya. Ella es una mujer turca quien, al encontrar la madurez de los años, descifró secretos familiares y descubrió que su abuela Nuriyeh era armenia.  ¿Por qué nadie hablaba sobre eso? ¿Qué sentido tiene guardar ese hecho como un secreto? Las respuestas no aparecen ni en los libros escolares ni en las conversaciones con su madre.
 
“Para mí era importante encontrar a una persona que en su interior tenga tanto luz como oscuridad, demostrar que cuando se abren las capas de la identidad, somos todos iguales. Entonces, en realidad, ¿a quién estamos matando? ¿a nosotros mismos? Esa es la razón por la que buscaba a alguna persona turca, que al final, resultó ser que tiene sangre armenia. Quería que esa persona encarne el conflicto,  encontrar a una persona que se animara a hablar ante la cámara”. 

 

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                                                                          Maya
 
Más adelante, cuando Maya supo sobre la historia del Genocidio Armenio, comprendió por qué su abuela, quien se salvó de alguna manera, tuvo que cambiar su nombre y su fe. 
 
“No estoy tratando de demostrar, una vez más, de que esto fue un genocidio. Que aquello que les pasó a mis ancestros no es una historia inventada, no es necesario demostrar. A mi me parece interesante ver cómo el genocidio, cien años después, sigue afectando ambos lados, cómo el genocidio continúa y divide ambos lados”, cuenta Naré. 
 
El dolor de la negación
 
La heroína del film, Maya, decidió rendir homenaje a la memoria de su abuela y el día de conmemoración del centenario del Genocidio fue a Tsitsernakaberd. Sin embargo, tiene dificultades para pronunciar la palabra “genocidio” ante la cámara.
 
“Su rechazo fue la expresión de puro miedo. Me encontré frente a un callejón sin salida y debía encontrar la solución. Pasé un largo camino de angustia. Me puse como objetivo demostrar en la película el dolor de la negación. Quería que el público pueda sentir el dolor de la negación de cien años. Creo que Maya verdaderamente personifica el conflicto, de un lado se sufre y del otro, se niega”, dice Naré.

 

                         Naré Mkrtchyan (en el centro), el productor Rob Fried (a la derecha),                                                        la productora ejecutiva Iliana Guevara (a la izquierda)

 
El camino hacia el Oscar
 
Maravillosas imágenes de Estambul y de Ereván y con una música mágica, esta película se acerca al Oscar y, en su historia de 89 entregas, es la primera vez que un film cuenta sobre el Genocidio Armenio y está tan próxima al premio.
 
“El hecho de que esta sea la primera película sobre el tema que finalmente captó la atención del Oscar, es muy importante para mí, ya que nos da la oportunidad de acercar la historia del Genocidio a un vasto público”. 
 
El 24 de enero la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas anunciará la lista de los nominados de los mejores cortometrajes documentales y el 26 de febrero tendrá lugar la entrega de los premios Oscar. 
 
 
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